Libertad religiosa en Cuba. Informe (2023)

Presentamos los hallazgos más relevantes de este segundo estudio del Observatorio de Derechos Sociales (ODS-Cuba) acerca de la libertad religiosa en la isla. En esta ocasión, la muestra es más amplia que el primer estudio, y el trabajo de campo abarca las 15 provincias de Cuba, exceptuando el Municipio Especial; asimismo, muchas de las preguntas se han ampliado o modificado, para precisar mejor los resultados anteriores, y, en suma, consolidar y actualizar los datos reportados a inicios del 2022.

En Cuba no se respetan ni garantizan las libertades religiosas o de creencia de manera plena, tal y como se desprende de este informe. El régimen cubano continúa utilizando sus sistemas de vigilancia y control para limitar o perseguir cualquier expresión pública, especialmente política, de quienes asumen un compromiso cívico acorde con los valores de su fe. Igualmente limita la acción e influencia social de las entidades o congregaciones religiosas, ante todo de aquellas que reclaman mayor presencia en el espacio público y en las comunidades.

Por ejemplo, un 68% de los entrevistados admite conocer a alguien que profesa una religión y ha sido acosado, reprimido, amenazado u obstaculizado en su vida diaria por motivos relacionados con su fe. Más de la mitad de la población declara que frecuentemente líderes o agrupaciones religiosas han sido impedidos de realizar su labor, al negarles o condicionar diversos permisos, especialmente aquellos que implican a los creyentes o a parte de la ciudadanía (como la construcción o reparación de templos, el propio culto y las procesiones, o los eventos en espacios públicos).

Un eslabón fundamental en la violación o limitación de estos derechos es la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista, señalada en el presente estudio por el 68% de los creyentes que considera que esta Oficina viola o reprime los derechos de los líderes religiosos y de los miembros de las agrupaciones religiosas.

Los datos que resultan de esta encuesta están en correspondencia con los casos y denuncias concretas que el Observatorio cubano de derechos humanos (OCDH) y otras organizaciones documentan regularmente. Evidencian que la libertad religiosa se relaciona principalmente con la libertad de conciencia y la posibilidad de que toda persona o agrupación religiosa pueda actuar acorde a los criterios de su fe, no sólo en su vida privada sino, mayormente, en los espacios públicos.

Defender la libertad de religión o de creencias es un elemento vital de los derechos humanos. Consecuentemente, las iglesias y sus seguidores poseen el potencial de ofrecer soluciones valiosas para abordar la profunda crisis sistémica que vive el país. En particular, pueden hacer una contribución fundamental para dar forma al futuro de Cuba aprovechando sus experiencias caritativas, educativas y cívicas.