El Estado de los derechos sociales en Cuba. Informe #8 (2025)
El 89% de las familias cubanas sufre pobreza extrema, y el 78% quiere irse o conoce a alguien que quiere irse del país.
Los apagones, la crisis alimentaria, el costo de la vida, los bajos salarios y la ineficaz salud pública, golpean a millones de cubanos, que ven su vida pasar entre la negación de los problemas, añejos llamados a la resistencia y el eterno culpar a otros por parte de las autoridades.
Todavía hay quien cree que Cuba es el paraíso de los derechos sociales. Los hallazgos que desde 2019 compartimos en estos informes muestran una realidad diametralmente opuesta a la propaganda gubernamental acerca del estado de los derechos sociales, y muestran la falsedad de un argumento político que justificaba suprimir el ejercicio de derechos y libertades civiles a cambio de “conquistas sociales” que no se ven en ninguna calle o barrio de la isla.
Con datos en mano, resultado de miles de entrevistas en todo el territorio nacional, desde el inicio y sistemáticamente, alertamos sobre el hecho de que una consecuencia inequívoca del fracaso del sistema imperante sería la profunda y creciente crisis en todos los ámbitos de la vida social. La grave situación demográfica, la pérdida de esperanza de vida o el deterioro de la seguridad interior son solamente tres ejemplos.
En julio, la ahora ex ministra de Trabajo y Seguridad Social negó la existencia de mendigos en Cuba: “En Cuba no hay mendigos… Hay gente que se hace pasar por mendigo para ganar dinero fácil”, obviando que el 89% de las familias cubanas vive en la pobreza extrema, que 7 de cada 10 cubanos tienen que privarse de alguna de las comidas diarias, que solamente el 3% consigue medicinas en las farmacias. Pasando por alto que el 12% de aquellos en edad laboral están desempleados o que el 14% de los mayores de 70 años continúa trabajando después de jubilarse, para poder sobrevivir, porque el 58% de quienes están en ese rango de edad ingresan en sus hogares menos de 4.500 CUP al mes, por solo mencionar algunos datos. Lamentablemente, no es la primera ni será la última vez que alguien con altas responsabilidades estatales desconozca la grave situación del pueblo cubano.
El drama en evolución que hemos recogido en nuestros informes obviamente no conduce a una esperanza en el futuro; por ello, aunque triste, tiene sentido que el 78% de los cubanos consultados para el presente estudio quiere irse o conoce a alguien que quiere irse del país.
También es consecuente con el alto nivel de desaprobación de la gestión económica y social del gobierno constatada en la presente encuesta, que alcanza una cifra del 92% desde que medimos este parámetro.
Como en los anteriores, este octavo informe aporta datos objetivos a la indagación acerca del estado de los derechos sociales en la isla; al mismo tiempo que deja al descubierto la gravedad de una situación que requiere de soluciones apremiantes, no solamente coyunturales sino también y principalmente estructurales.